
Por Centro Scalabriniano de Pastoral Migratoria
El 28 de noviembre de 1887 se funda en Piacenza, Italia la Congregación de los Misioneros de San Carlos Borromeo, también conocidos como Scalabrinianos, por el Beato Juan Bautista Scalabrini con el objetivo de apoyar, dar atención espiritual y material a los emigrantes italianos que dejaban su patria para buscar oportunidades de vida digna en el continente americano.
Se empeñó en comprender el complejo fenómeno de las migraciones modernas y fue promotor de la atención integral a las necesidades de los migrantes tanto en la Iglesia como en la sociedad. Su visión y su compromiso entusiasmaron tanto a sacerdotes como a laicos sensibles a las problemáticas sociales. Logró reunir un grupo de misioneros y de laicos que promovieron el bienestar moral y social de los emigrantes.
En 1889 estableció la “Asociación para la Protección de los Migrantes” que en 1891 nombró “Sociedad de San Rafael”, compuesta por laicos que junto a los misioneros brindaban asistencia a los migrantes en los puertos de embarque y desembarque, protegiendo a los migrantes de abusos, especialmente de los traficantes de personas y ayudándolos en sus necesidades prácticas. Después de la muerte de Mons. Scalabrini, la Sociedad de San Rafael se fue debilitando hasta que desapareció. En años recientes, la intuición de la colaboración entre laicos y religiosos ha sido recuperada por el Movimiento Laico Scalabriniano. En 1895 fundó, junto con el Venerable P. José Marchetti y la Beata Assunta Marchetti, la Congregación de las Hermanas Misioneras de San Carlos Borromeo con la finalidad de promover la educación, la catequesis, la salud y la acción social de los migrantes. Muchos años después de su muerte, en 1961, inspiradas por el espíritu del Concilio Vaticano II, surgieron las Misioneras Seculares Scalabrinianas, quienes siguiendo la misión de servicio integral a los migrantes promueven la acogida, la fraternidad y la convivencia pacífica entre personas de diferentes culturas, razas y religiones.
Sus propuestas pastorales fueron fundamentadas en técnicas y métodos de las ciencias sociales, abordando y profundizando el fenómeno migratorio en forma analítica valiéndose de estadísticas, de técnicas de observación participante, entrevistas e historias de vida.
Atención integral a las necesidades de los migrantes
Uno de los méritos del Beato Scalabrini fue el poder traducir sus reflexiones en acciones prácticas. Durante su vida no escribió un método para la atención pastoral a los emigrados; sin embargo, de las sugerencias de las tareas específicas que tendría que asumir la Comisión “Pro Emigrantis Catholicis” (1905) podemos deducir una propuesta pastoral de atención integral a los migrantes.
Su postura se puede sintetizar en la frase: libertad de emigrar, no de hacer emigrar.
Una de las desgracias que tuve que deplorar en la primera visita a las 366 parroquias de mi diócesis fue la emigración.
El sugirió cinco acciones básicas para la atención a los emigrantes católicos de todas las nacionalidades:
Estudiar el “complejo y gravísimo problema de la emigración”
Crear “comités católicos de emigración” en las parroquias
Despertar en los obispos y párrocos el deseo de atender pastoralmente a los emigrantes y sugerirles medios prácticos para ayudarlos en la salida de la patria y a la llegada a tierra extranjera
Contestar a las preguntas sobre decisiones tomadas o por tomar y allanar las dificultades que pudieran surgir concernientes a la emigración tanto en la patria como en el extranjero
Proveer sacerdotes que acompañen a los emigrantes durante el viaje y en tierra extranjera
La propuesta del Beato Scalabrini para “proveer ayuda espiritual a los emigrados en las variadas contingencias y en los distintos momentos del fenómeno”; aunque está pensada como una descripción de tareas para una dependencia del Vaticano, puede servirnos como base para delinear algunas acciones básicas en la atención integral a las necesidades de los migrantes que los Scalabrinianos realizamos en el trabajo pastoral con los migrantes:
- COMPRENDER EL FENÓMENO
- ORIENTAR Y PREVENIR ABUSOS
- RESPONDER A LAS NECESIDADES CONCRETAS
- INCIDIR EN LA TOMA DE DECISIONES
- ACOMPAÑAMIENTO INTEGRAL
Colaboración: encuentro, diálogo y anuncio
La obra que encabezó el Beato Scalabrini perdura hasta nuestros días; sin embargo, en algunas ocasiones ha sido mal entendida y vista con sospecha. La persistencia ha permitido la obra perdure en el tiempo, se haya expandido a los cinco continentes del mundo y sirva a migrantes y refugiados sin importar nacionalidades, razas, idiomas y religiones. Quizá la principal característica de las propuestas del Beato Scalabrini para la atención a las necesidades espirituales y materiales de los migrantes es la colaboración.
Debido a la complejidad del fenómeno migratorio, ningún actor social solo puede resolver las necesidades de los migrantes. A fines del siglo XIX, era difícil pensar que la Iglesia y el Estado pudieran colaborar en temas sociales; sin embargo, en el tema de migración, el Beato Scalabrini logró que existiera diálogo y colaboración para proteger a los emigrantes de abusos. Así mismo, logró ponerse de acuerdo con obispos de distintas partes del mundo para poder implementar acciones pastorales concretas en favor de los migrantes.
Hoy en día, después de 133 años y siguiendo el ejemplo del Beato Scalabrini, las Congregaciones Scalabrinianas (sacerdotes y hermanos religiosos, hermanas religiosas y misioneras seculares), continúan la tradición de reflexión sobre el fenómeno migratorio y el servicio integral a las necesidades de los migrantes. Colaborando con la Iglesia (conferencias episcopales, iglesias locales, congregaciones religiosas, movimientos eclesiales, etc.), los gobiernos, los organismos internacionales y las organizaciones de la sociedad civil para contribuir al bienestar de los migrantes. Está actitud de colaboración se traduce en la práctica en salir al encuentro de los migrantes, propiciar el diálogo y anunciar que todos y todas tenemos derecho a vivir dignamente.