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Crisis por la salud afecta a niños pobres en Garita de Otay

Es difícil señalar culpas cuando la pobreza compromete a encontrar soluciones drásticas.

La necesidad, el hambre, son condiciones extremas que se viven desde dos ángulos; quien la padece y en la otra parte quienes ven cómo una madre con su hijo en brazos, bajo el intenso sol desde que amanece hasta cuando por la tarde cuenta las pocas monedas que por lastima le dieron algunos conductores en la fila de autos para cruzar la frontera a Estados Unidos por la garita de Otay en Tijuana.

Es difícil describir los rostros afligidos de las madres, con sus brazos cansados por el peso de su hijo, con hambre, sed y cansancio extremo por estar buena parte del día de pie.

Ahora lo más triste, ver las caras de los niños en brazos de su madre, jadeantes de calor, sus rostros inocentes con la mirada fija en la nada, sin esperanza de que su sufrimiento tenga fin.

Llegará la noche y un nuevo día, la historia se repetirá por largo tiempo.

Es impropio juzgar por qué más de 30 mujeres han tomado esta actividad como su forma de obtener ingresos para alimentar a sus hijos y tal vez otros más que dejó en su casa al cuidado de su hermana mayor.

En la fila de autos se escucha en la radio que los políticos prometen soluciones que no llegan, que no alcanzan a estos grupos sociales desprotegidos.

¿Cómo contar esta historia solamente con la sensibilidad de la compasión por seres humanos?

Por niños que no pidieron estar bajo el calor del sol inclemente, que sufren hambre, cansados y sin esperanza alguna de que su condición cambie.

La compasión de conductores que dan un poco de dinero a las manos extendidas que piden caridad, puede ayudar un poco a resolver un problema cada día más crítico, la pobreza.

Ver tan solo cómo esto sucede no es pensar en soluciones prácticas, aunque la pobreza extrema conduce a la mendicidad, vale la pena tener consideración por esos niños en brazos y otros que apenas caminan se acercan temerosos a los conductores de autos para pedir unas monedas a riesgo de ser atropellados.

Vale la pena ayudar con decisión, existen dependencias que deben enfocarse a dar solución oficial a estos problemas sociales.

A nivel DIF estatal, existe la Sub Procuraduría de atención a niños y adolescentes.

En Tijuana este medio Compartamus.mx se comunicó al DIF local con la Supervisora de la Línea de Crisis 175, para solicitar que por medio de los recursos que dispone la institución se encuentren alternativas de solución que apliquen disposiciones, no para sancionar la pobreza.

Pueden existir muchas condiciones que podrían explicar las razones de pedir dinero en la garita de Otay, sin embargo, la principal razón de solicitar la intervención del DIF Tijuana es hacer valer el respeto y protección a niños que son utilizados para causar lástima y obtener limosna.

El apoyo a las sufridas madres que solicitan dinero para solventar las necesidades de alimento y otras más también importantes pueden realizar su actividad, pero sin someter a los niños al sufrimiento innecesario.

No se critica la actividad de solicitar ayuda, es respetada la forma como lo hacen, pero ¡SIN NIÑOS!

La solución puede estar en manos de la dependencia de Bienestar Social en Apoyo a los Adultos, o por medio de la Unidad de Atención a la Familia, para dar Atención a la Niñez.

Se abrió el folio #204, si desea apoyar y ejercer presión para que el DIF Municipal Tijuana tome acción para resolver esta condición llame al teléfono 075 y pida, exija que se tomen medidas que solucionen esta problemática, en protección y beneficio de los niños.

El teléfono de DIF Tijuana 664 608 8200

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Ramiro Aguirre

Estudiante de periodismo digital en Universidad de Guadalajara Virtual.

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