Cultura

Del altar al streaming: la explosión de eventos religiosos en redes sociales en tiempos de COVID-19

El caso de la Diócesis de San Juan de los Lagos, en México

Este título del artículo de Ernesto Navarro Lopez, periodista y Maestrante en Comunicación en la Universidad Iberoamericana (México), señala que la producción, la reproducción y el consumo de productos religiosos apunta a un incremento a nivel global, creando un fenómeno cultural de carácter religioso que lleve a tomar en cuenta que la religión es también una esfera que puede hacer uso de las tecnologías de la información y la comunicación, definiendo una nueva etapa en donde los cambios de las tecnologías incluyan el ámbito religioso en sus mejoras y adaptaciones. 

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La pandemia de COVID-19 marcará un hito en la historia de la mediatización de contenido multimedia a nivel global, y el de carácter religioso no está ausente en esta serie de modificaciones en las prácticas culturales tanto de las instituciones religiosas como de sus seguidores. Como en muchas otras esferas, la situación de confinamiento que genera el coronavirus abre la posibilidad a nuevas experiencias de comunicación que se apoyan en el mundo online para seguir realizando actividades que comúnmente se desarrollan en el ámbito offline; clases escolares, reuniones por trabajo o por ocio, eventos culturales, rituales religiosos, entre otros, mostraron un estallido a nivel global. Mientras se escribe esta introducción (24/04/2020), se lleva a cabo la celebración del Ramadán, en una Meca casi vacía en Arabia Saudita. En este mismo ambiente se vivió la celebración de la Vigilia Pascual el 11 de abril en la plaza de San Pedro en el Vaticano impregnada de una atmósfera desoladora que la situación sanitaria a nivel mundial imprime. En distintas latitudes, los centros ceremoniales religiosos se encuentran vacíos, pero las transmisiones en streaming se encuentran en su máximo esplendor, en donde las masas de fieles se han convertido usuarios activos que participan de manera importante e interactúan dentro de los rituales religiosos, asistiendo fielmente de manera virtual confinados en sus hogares.

Tras la llegada de la pandemia a México, se anuncia una serie de medidas sanitarias. Consecuentemente, la Diócesis de San Juan de los Lagos anuncia a través de un comunicado fechado el 21 de este mes que, ante la situación de confinamiento físico, se estará realizando la transmisión de diversos rituales religiosos a través de sus plataformas de Facebook Diócesis de San Juan de los Lagos (2009) (https://www.facebook.com/DiocesisdeSanJuan/) y Mensajero Diocesano (2010) (https://www.facebook.com/MensajeroDiocesano/). Para referir la importancia de esta institución religiosa a nivel nacional, un estudio sobre turismo religioso dice que “por el santuario de Guadalupe (Ciudad de México) se calcula que pasan de 12 a 14 millones de peregrinos o visitantes al año; por San Juan de los Lagos, casi 7 millones de peregrinos anuales” (Ruezga y Martínez, 2011, pp1).

Esta situación lleva a los fieles tradicionales a convertirse en usuarios regulares y activos que buscan en la transmisión de la misa participar virtualmente en el ritual, modificando sus prácticas en el mundo offline y propiciando un reto de rsubjetivación de lo religioso en el mundo online a causa de la emergencia sanitaria. Esta situación genera una reconfiguración de las gratificaciones buscadas por parte de las audiencias que consumen contenido religioso. Tanto los sacerdotes como los usuarios que participan del evento vía streaming, se adaptan a las condiciones de la interfaz que la tecnología les ofrece para participar de manera activa en un ritual históricamente establecido por una institución hegemónica.

Si bien el hecho de que se transmita y consuma contenido de carácter religioso no es nada nuevo, las posibilidades que brinda la interactividad digital en la mediatización generan la llamada electronic religiosity (Cesari, 2004), y esta ha visto un estallido a nivel global a causa del confinamiento, ocasionando una práctica religiosa en el mundo online de magnitudes nunca antes vistas. Las personas utilizan los medios digitales con fines específicos y porque les sirven para la obtención de gratificaciones buscadas en relación a diferentes ámbitos de sus vidas (Castells, 2001). En la sociedad de la información hay gente que busca oración, y en este sentido, Francesc Torralba (2012) señala que en la era digital “la oración subsiste” (Riezu, 2017).

Los resultados, publicados en la revista científica Question/Cuestión que edita la Universidad Nacional de La Plata (Buenos Aires, Argentina), permiten observar cómo la Diócesis de San Juan de los Lagos, Jalisco, está realizando la transmisión de diversos rituales religiosos a través de redes sociales: misas, rosario, temáticas diversas con especialistas y la oración de la Hora Santa.

Navarro se desempeñó como Jefe de Unidad Difusión del Centro Universitario de los Altos de la Universidad de Guadalajara. Editor Web en el periódico Mural de Grupo Reforma en Guadalajara. Productor y Conductor en Radio Universidad de Guadalajara, en Ocotlán, Jalisco, y actualmente realiza una tesis sobre cobertura mediática sobre fenómenos de migración y su impacto en las redes sociales.

Ildefonso García Pérez, Coordinador de Comunicación Social de la Diócesis de San Juan de los Lagos, señala estudio que se ha podido ver un boom del contenido religioso sobre todo en redes sociales. “Es bonito ver que nuestra fe ha tenido este reto y que las personas han sabido responder a este reto de una manera muy positiva”, agrega.

Respecto al consumo de contenido religioso, según la encuesta realizada por Navarro, estos son las características y hábitos de los feligreses virtuales:

  • El 30% se encuentra en un rango de edad de 18 a 30 años. El segundo rango más representativo es el de 31 a 40 años, que comprende el 25% de los encuestados. 
  • En cuanto al género, 60% fueron hombres y 40% mujeres.
  • 100% de las personas encuestadas dijo haber sintonizado alguna de las transmisiones de la Diócesis de San Juan desde que la pandemia llegó a México. En este sentido, las y los encuestados dijeron que normalmente sintonizan de 5 a 7 veces por semana alguna transmisión.
  • 70% dijo sintonizar las transmisiones de streaming de la Diócesis a través del teléfono celular. El 15% dijo hacerlo a través de computadora.
  • El 45% de las y los encuestados dijo estar en compañía al sintonizar las transmisiones, mientras que el 40% dijo hacerlo en compañía y a solas.
  • El 60% dijo realizar interacciones durante las transmisiones, mientras que el restante dijo no hacerlo.

Una vez que termine el confinamiento físico, es importante recalcar que los encuestados 70% señalaron considerar las transmisiones como una opción factible para participar en eventos religiosos, lo cual indica que la pandemia sí representará una fuerte modificación del ritual religioso para continuar la práctica de su fe en las plataformas digitales.

Conclusiones

La situación de confinamiento físico ocasionado por la pandemia tendrá una amplia repercusión en el proceso de subjetivación de las prácticas religiosas en las personas que participaron de estos eventos religiosos por streaming a nivel mundial. Si bien este estudio abordó el fenómeno desde el caso de una comunidad y una institución católica en específico, los resultados de las gratificaciones buscadas y encontradas, así como las modificaciones del ritual se pueden extrapolar a otras religiones.  Los marcos interpretativos de lo profano y lo sagrado se ven saturados a partir del contexto que la pandemia imprime, y esto lleva las personas e instituciones a adaptarse a estas condiciones para continuar la práctica de su fe en las plataformas digitales. No obstante, esto también dependerá de diferentes factores que impriman otros contextos en otros países y otras religiones para la apropiación de los contenidos, pero sí se puede observar que una parte considerable de seguidores de la religión se muestra optimista y satisfecha con el hecho de practicar su fe a través de algún medio de comunicación digital.

Las ventajas de poder sentirse parte de una comunidad en línea los lleva a ser conscientes de su rol como usuarios activos y participativos que interactúan entre ellos y las instituciones con el fin de buscar gratificaciones como la compañía virtual, la identidad y hasta la tranquilidad para poder superar las adversidades que el confinamiento físico puede traer a nivel mental. Aunque, es también necesario señalar que muchos muestran angustia por no poder asistir físicamente, lo que nos lleva a pensar que la proxémica de los centros ceremoniales es y seguirá siendo un factor importante, al tiempo que también la falta el sacramento de la comunión (en el caso de la iglesia católica) es un factor que angustia a los feligreses.

La producción, la reproducción y el consumo de productos religiosos apunta a un incremento a nivel global, creando un fenómeno cultural de carácter religioso que lleve a tomar en cuenta que la religión es también una esfera que puede hacer uso de las tecnologías de la información y la comunicación, definiendo una nueva etapa en donde los cambios de las tecnologías incluyan el ámbito religioso en sus mejoras y adaptaciones.

Riezu (2015) menciona el concepto de la acomodación religiosa, con el que pretende reflejar, sin proponerse como paradigma general, que las religiones pueden acomodarse a la sociedad de la información para aprovecharse de sus ventajas, adaptando y realizando transformaciones audaces, pero desde una vocación de continuidad y sostenimiento de religiosidades, identidades, formas de pertenencia y prácticas tradicionales. En este sentido, la pandemia abre un campo de operación muy amplio para este concepto, dado que el contexto en el que las personas se encuentran da espacio a una configuración de la práctica religiosa de magnitudes importantes a nivel global. La participación de los usuarios en los rituales religiosos a través de las diversas plataformas es un aporte sustancial estado anímico de las personas que se encuentran bajo confinamiento físico y que no tienen la oportunidad de asistir a los centros ceremoniales. Son capaces de adaptarse al contexto con tal se seguir practicando su fe y sintiéndose parte de algo y en contacto con el otro.

La relación espacio tiempo da la posibilidad al campo de la práctica religiosa una relación especial con la comunicación y la cultura del hacer. Basta con que las personas cambien sus hábitos para que una práctica cultural se valide, aunque esto dependería claro de los contextos particulares.

Foto: Ivan Samkov en Pexels

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