
El Economista: La Liga Mexicana de Beisbol (LMB) mantiene sus planes para salvar la temporada 2020, misma que iniciaría la primera semana de abril, pero por el brote de coronavirus en México se suspendieron los entrenamientos en marzo y desde entonces reina la incertidumbre sobre el comienzo de la campaña.
Las proyecciones de la Liga son realizar un calendario recortado, que podría ser de 51 juegos o menos si empiezan en julio o agosto —incluso septiembre, de acuerdo con Horacio de la Vega, presidente de la LMB, en entrevista con este medio—, pero todo dependerá de las decisiones de las autoridades sanitarias del país y cómo se desarrolle la propagación del Covid-19 las próximas semanas. En resumen, no hay certeza del inicio de la campaña ni del número de juegos a disputar por equipo.
En esa falta de claridad se encuentran los beisbolistas, quienes, al no poder brindar sus servicios por las medidas precautorias a nivel nacional para combatir la pandemia, se quedan sin el ingreso al que están habituados por alrededor de cuatro meses de rol regular.
Los equipos de la LMB se comprometieron a apoyarlos económicamente mientras la temporada se encuentra suspendida, pero la ayuda no alcanza para cubrir las necesidades de los jugadores.
“No es el sueldo que nosotros manejamos comúnmente, pero es un apoyo que nos está dando Diablos. Nos ha golpeado bastante, tenemos compromisos como pagar colegiaturas, un carro, alguna hipoteca. Tenemos que echar mano de los ahorros, es bastante complicado. Yo vivo en la Ciudad de México, mi familia es grande, todos vivimos una situación difícil y nos estamos apoyando entre todos. Al no tener la certeza de lo que va a pasar, estamos tratando de ahorrar lo más posible, ser muy cautelosos en la cuestión financiera porque no sabemos qué es lo que va a pasar”, comparte Iván Terrazas, jugador de los Diablos Rojos del México, con 14 campañas en la Liga.
El beisbolista es consciente de que el apoyo por parte de los directivos no puede ser mayor porque los clubes también se quedan sin los ingresos que permiten gestionar los equipos.
“Toros es una organización fuerte en el aspecto monetario, pero no están exentos a la situación de ahorita, todos están batallando. Tenemos que entender la parte de los dueños, que están perdiendo dinero”, agrega José Samayoa, quien llegó a la escuadra de Tijuana este 2020, después de cuatro años con Leones de Yucatán.