Cuando se elabora en 1950 el plano oficial de lotificación de la zona central del poblado del Ejido Mazatlán, el censo de población de ese año registró una población total de 625 habitantes y nadie pudo imaginar que en medio siglo se multiplicaría por cien veces para alcanzar 63, 549 en el año 2000; carente de muchos servicios pero pletórico de posibilidades de desarrollo, principalmente por su vocación económica preponderante fincada en el turismo, y su posición privilegiada costera y la actual zona metropolitana transfronteriza, en desarrollo.
Al inicio de los años 60, se inicia la etapa industrial y comercial de Rosarito, primero con el establecimiento de la planta termoeléctrica y la planta desaladora más grande del mundo y después las instalaciones de Petróleos Mexicanos.
En 1965 se inauguró la carretera escénica Tijuana-Ensenada, una de las más bellas del mundo, contribuyendo al desarrollo del corredor turístico, conjuntamente con el acueducto La Misión-Rosarito-Tijuana, proliferando los campos turísticos al servicio de pensionados norteamericanos y también las colonias populares, como respuesta a la demanda creciente de habitaciones para los trabajadores.
El Comité Pro Municipio de Rosarito documenta que en 1985 se carecía en gran parte de agua, drenaje y vigilancia policiaca. Que urgía un plan maestro de desarrollo urbano y que aproximadas 20,000 personas se encontraban asentadas sobre fraccionamientos irregulares de origen ejidal.
Rosarito dejó formalmente de ser parte integrante de Ensenada y Tijuana, solo después de 108 años: primero en 1887, como comisaría municipal de Ensenada de Todos Santos; luego en 1900, como sub jefatura política del mismo único municipio de Baja California.
Después en 1917, del fallido municipio de Tijuana creado por el coronel Cantú. En 1920, como delegación política del Municipio de Ensenada del Territorio Federal de Baja California; en 1925, como integrante del efímero municipio de Zaragoza; en 1944, como parte de la delegación política de Tijuana en el Territorio Norte y, finalmente en 1954, como delegación del Municipio de Tijuana del naciente Estado de Baja California.
A menos de nueve años de vida del Municipio de Playas de Rosarito que abarca del 1 de diciembre de 1995 a la fecha se han alcanzado resultados ampliamente satisfactorios dentro de su nueva categoría política y los lineamientos del federalismo mexicano. Se ha logrado superar el nivel de bienestar social y económico; así como el desarrollo urbano reduciendo el rezago histórico en cuanto a la infraestructura, equipamiento y, principalmente, en la prestación de servicios públicos.
La historia financiera municipal es verdaderamente notable. Inició sus funciones con un presupuesto de 12 millones de pesos, similar al del último año como delegación de Tijuana, ante el escepticismo de sus críticos. Sin embargo, en tres años cuadruplicó sus ingresos para alcanzar 48 millones.
Con base en la Ley de Coordinación Fiscal del Estado que premia el trabajo de los Ayuntamientos y reconoce el cumplimiento de los contribuyentes, mediante la aplicación de un programa de modernización catastral y cobro del impuesto predial, principalmente, Rosarito incrementó sus participaciones federales, lo que le permite presupueste ejercer este año más de 200 millones de pesos.
Dentro del programa de obras del Municipio de Playas de Rosarito, destaca el Corredor Tijuana-Rosarito 2000 en proceso de construcción y el Boulevard Rosarito-Puerto Nuevo, ya concluido en su primera etapa, que son sin duda los nuevos detonadores del desarrollo sustentable municipal, solo comparable al impacto que produjo en los años 60, la construcción de la carretera escénica Tijuana-Rosarito-Ensenada y el acueducto de La Misión-Rosarito-Tijuana.
Rosarito ha experimentado un crecimiento demográfico notable, proporcionalmente similar a Tijuana. En 1900 tan solo registró en el censo general de población 25 habitantes. En 1936 al arribar los solicitantes de tierras que dos años después constituyeron el Ejido Mazatlán, contaba con menos de 200 pobladores.
En 1950 llegó a censar 675 habitantes y en 1960, cuando yo establecí la cabaña que llamé Quinta Calafia con fines literarios particulares, la población se triplicó alcanzando 1929 personas. Cuando Rosarito se erige en Municipio el Congreso del Estado afirma en sus considerandos que ya cuenta con una población superior a 35,000.
El último censo general de población señala a Rosarito 63, 549 pobladores, es decir que en tan solo medio siglo creció 100 veces y que a mi juicio seguirá multiplicándose más aceleradamente que la estimación de los demógrafos que para el año 2020 estiman Rosarito tendrá una población de tan solo 166, 421.
Cabe recordar que también los expertos al inaugurar en 1937 la Presa Rodríguez, calcularon que Tijuana en el año 2000 contaría como máximo con 50,000 habitantes, treinta veces menos que su realidad presente.
Rosarito, de proseguir su actual ritmo de crecimiento demográfico promedio, antes de que concluya medio siglo alcanzará 800 mil habitantes, al conurbarse con Tijuana, con menos problemática urbana que ésta, tanto por sus reservas territoriales, sus posibilidades de planeación oportuna, fuentes de financiamiento y la acción coordinada de la comunidad y el gobierno en sus diversas instancias.
Rosarito crecerá sobre el 40% del territorio que le correspondió como dotación municipal de aproximados 500 Kms² proporcionalmente a como Tijuana superó el 1.5 millón de población sobre el 60% de las tierras que conservó como territorio propio.
No cabe duda de que Rosarito por su ubicación costera privilegiada, su cercanía al sur de California y Tijuana, su ambiente bicultural, por su múltiple identificación consanguínea internacional, la hospitalidad y calidez característica de los mexicanos es un excelente destino turístico, cuyo crecimiento solo se compara proporcionalmente con Cancún Q.R. y Los Cabos B.C.S. ambos macroproyectos planeados y financiados por el gobierno de la República.
Juvenal Arias Pérez es cronista honorífico y vitalicio de la ciudad de Playas de Rosarito, B.C.