Economía

Una caída importante, un reto mayor

La crisis de la economía mexicana cerró el año 2020 con una contracción de 8.5 por ciento, la más grave en casi 90 años, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi). La causa principal de esta disminución del Producto Interno Bruto (PIB) fue la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia de covid-19 que paralizó por momentos y limitó en forma constante el funcionamiento de las economías a nivel mundial. Todos resintieron la crisis en 2020 y todos siguen tratando de asimilar el golpe económico al mismo tiempo que se lucha contra la crisis sanitaria que ya ha cobrado más de dos millones de vidas a nivel mundial.

Mientras el mundo acelera su carrera de inmunización por medio de las vacunas, los datos económicos muestran las señales claras del golpe en 2020: España tuvo una caída del 11 por ciento mientras que Francia tuvo una contracción del 8.3 por ciento; Estados Unidos se resiente del golpe de 3.5 por ciento, mientras que si miramos hacia América Latina, las seis economías que más cayeron fueron las de Venezuela (30 por ciento), Perú (12.9 por ciento), Panamá (11 por ciento), Argentina (10 por ciento), Ecuador (9 por ciento) y México con 8.5 por ciento, según los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Inegi para el caso mexicano.

Las cifras representan sólo una medición del volumen de la crisis y de su alcance a nivel mundial, pero en el caso de los países latinoamericanos son los números pequeños los que realmente pueden graficar la profundidad de la crisis que afecta a millones de personas. Detrás de la caída general de 8 por ciento en América Latina y de los cerca de 47 millones de empleos perdidos en 2020 se encuentra la profundización de la pobreza en millones de hogares, la disminución de los ingresos y la enorme desigualdad que trasciende lo económico y lo social hasta lo sanitario, haciendo que la misma vacunación se sume a un escenario desigual en el que no hay nada más lejano que la igualdad de oportunidades.

Si algo debemos aprender de esta pandemia y de sus crisis consecuentes es que la desigualdad y la precariedad son la mayor vulnerabilidad que tenemos: desde la pobreza y la marginación somos un blanco fácil para cualquier epidemia, para cualquier desequilibrio en la economía, para cualquier emergencia social. La capacidad de prevención, de cuidado, de reacción y de resolución de conflictos se encuentran muy lejos de las que se necesitan para enfrentar una contingencia como la que vivimos hoy. La angustiosa espera de la vacuna es una metáfora del descuido hacia la educación y la ciencia que hoy se paga con la incapacidad de producción propia y la dependencia de los que sí invirtieron en el conocimiento.

Lo que deberíamos cuestionarnos en tiempos de crisis es cuáles serán las estrategias para recuperarnos de manera diferente y hacer que nuestra economía, nuestra salud y nuestras vidas no sean tan vulnerables ante la siguiente crisis. Y no es cuestión de números, sino de inteligencia, visión y talento. 

Foto: Pixabay.

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Héctor Farina Ojeda

Soy un paraguayo en México. Periodista, profesor universitario, investigador, lector y cafetero. Escribo en @mileniojalisco y hago radio en @RadioUdGOcotlan

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